¿Cómo saber si sufro de Ansiedad?
- mitchelle garcia
- 17 jul 2023
- 3 Min. de lectura
La palabra ANSIEDAD está en boca de todos hoy en día, escuchamos constantemente que alguien que conocemos está sufriendo un processo de ansiedad, pero es importante distinguir entre la ansiedad cotidiana y temporal, y una ansiedad que compromete nuestro bienestar.

La ansiedad es una parte normal de nuestra vida, es un mecanismo natural de nuestro cerebro para mantenernos en estado de alerta y por lo tanto, en seguridad ante cualquier peligro. Estos momentos puntuales de ansiedad son normales y expectables ante los cambios y novedades, como cuando vamos por primera vez a un lugar que no conocemos o si tenemos que tomar alguna decisión muy importante.
La pregunta clave que debemos hacernos es: ¿Cuándo nuestra ansiedad se convierte en una enfermedad?, y la respuesta es muy simple: Cuando interfiere en nuestro día a día y nos limita, afectándonos físicamente, emocionalmente y perjudica nuestra relación con el entorno, familiar, laboral o social.
La ansiedad es como un gran árbol cuyas raíces se extienden profundamente a través de capas y capas del suelo, raíces que incluso pueden superar en tamaño aquello que los demás ven: EL ÁRBOL. El entorno puede detectar señales de que estamos a pasando por un ciclo de ansiedad, pero sólo en nuestro interior, y con la ayuda de especialistas; es que podemos llegar a esas innumerables raíces para irlas descubriendo una a una.
Existen varias formas de sentir ansiedad, pero las más frecuentes son las que se manifiestan en nuestro cuerpo de manera física y mental.
La ansiedad fisica es la manera en la cual nuestro cuerpo se siente y su respuesta.
La ansiedad mental, por su parte, es la manera como pensamos dentro de nosotros mismos, puede incluir pensamientos negativos ante cualquier evento o pensamientos constantes de miedo y preocupacion excesiva.

Señales que alertan ANSIEDAD
En nuestro día a día podemos manifestar conductas que alertan que estamos transitando el terreno de la ansiedad, por ejemplo:
Estar constantemente preocupados por varias situaciones simultáneas sin conseguir pausar esos sentimientos y vivir el momento;
Sentir dificultad para conciliar el sueño;
Olvidar asuntos importantes del día a día y sentir dificultad para concentrarnos;
Sentir cansancio constante que no disminuye cuando logramos dormir o pausar.
No tener deseos de hacer nada, vivir constantemente en apatía;
Padecer dolores en distintas partes del cuerpo sin causa aparente;
Tener los hábitos alimenticios alterados. Comer constantemente y compulsivamente, por deseo y no por genuina hambre; o perder por completo el apetito.
Todos experimentamos al menos un momento de ansiedad en nuestras vidas, y ese episodio de ansiedad puede estar presente sólo unas horas, y luego sus síntomas desaparecen. Sin embargo, a veces com el pasar de los días y meses, esos síntomas pueden quedar instaurados en nosotros. Cuando el estado de alarma y ansiedad permanece, es imprescindible buscar ayuda profesional. Lee con atención los síntomas que experimenta una persona con ANSIEDAD:
Emocionalmente
· Sentirse con miedo o asustado.
· Sentimientos de tensión o nervios frecuentemente.
· Irritacion o agitación.
· Dificultad para concentrarse o sentir que tu mente esta en blanco.
· Tener pensamientos acelerados o no deseados.
· Pensar constantemente en desenlaces fatales o que sucederá lo peor.
· Sentir como si fuera a terminar enloqueciendo.
Físicamente
Cabeza: Mareos, aturdimiento, dificultad para conciliar el sueño, adormecimiento, dolor de cuello, dolor de cabeza.
Pecho: Dificultad para respirar, respiración rápida o superficial, latidos cardíacos acelarados, dolor en el pecho.
Estómago: Malestar estomacal, náuseas.
Muscular: Sudoración excesiva, sofocos, inquietud, temblores, entumecimiento muscular, hormigueo, debilidad en la piernas, fatiga.

Naturalmente nuestro organismo reacciona a los eventos de stress de dos maneras, o “pelea” o “corre”, es lo que se conoce como “pelea o vuelo”.
Nuestro cerebro puede en medio de la situación reaccionar “peleando” y enfrentando las dificultades enfocándose en soluciones y alternativas, pero si nuestro organismo continúa en esse estado puede caer en “el vuelo”, sale corriendo, evade, es como si abandona y decide no pelear. Es ese abandono el que puede llevar a una persona a pasar de un cuadro grave de ansiedad a una depresión.
Te invito a identificar en tí o en las personas de tu entorno si existen algunas señales de alarma que denoten un cuadro de ansiedad, si están presentes varios de los síntomas que te he descrito debemos buscar cuanto antes ayuda profesional. En terapia podemos lograr que las nubes se dispersen y de nuevo brille el sol, con herramientas sencillas que puedes replicar en casa. Buscar ayuda es de sabios.
Mitchelle García
Máster en Terapia Familiar
Especialista en Mindfulness
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